martes, 14 de julio de 2009

Orígenes y conexiones irrelevantes

La creación de nuevas ideas tiene su origen en el caos. Desorden, confusión e incertidumbre alimentan la creatividad.
Ahora va y resulta, que además de una frase bien construida es verdad que el activo más valioso de las organizaciones son las personas que la forman. Ellas son capaces, en gran medida, de influir en los resultados. Por tanto, es necesario gestionar este activo y sobre todo, en tiempos de crisis, su creatividad. No basta con conocer la teoría, hay que establecer fórmulas que fomenten la creatividad y conviertan cada espacio de la organización en una especie de "laboratorio de ensayo" donde flluyan las nuevas ideas innovadoras que ayuden a resolver de forma eficiente los problemas que se plantean.
Por desgracia, las ideas brillantes no caen del cielo. Hay que buscarlas y, según se desprende de las personas que tienen esta habilidad, la creatividad requiere un alto grado de desorden y confusión. Lo importante es que, en cada caso concreto, la persona que inventa parece capacitado para hacer una conexión que otros no consiguen realizar. Todo el mundo puede pensar de forma conectiva, clave de la creación de nuevas ideas, lo que se hace necesario es crear el caos. ¿Cómo podemos conseguir que las personas utilicen más su potencial creativo?
Para mejorar el pensamiento creativo, hay que saber que el proceso tiene sus propias reglas, muy diferentes a las del pensamiento concreto. La confusión, la incertidumbre y los errores no son estados mentales habitualmente buscados, pero son necesarios para hacer posible la generación de las nuevas ideas. Cuando el niño describe sus fantasías, la tendencia adulta es recibirlas como exageraciones, no como investigaciones especulativas. En realidad, los niños están realizando “ensayos” físicos y mentales para expresar sus deseos y sueños. Es una forma de pensamiento valiosa a lo largo de toda la vida, aunque esa virtud suele ser poco incentivada, lo que provoca que perdamos esa habilidad.
Los problemas surgen cuando querernos que nuestras mentes funcionen con libertad, pero seguimos bloqueando las ideas. Hay, formas de burlar a nuestros censores internos. Apartar deliberadamente la atención de un problema o consultar con la almohada son remedios de sobra conocidos. Las conexiones irrelevantes es otra forma de gestionar la apertura libre de los procesos mentales. Los mecanismos de apertura mental son poderosas herramientas para cambiar el pensamiento del grupo desde la rutina hacia la imaginación abierta. El objetivo es aprovechar la capacidad de la mente de conectar líneas de pensamiento aparentemente irrelevantes para desencadenar ideas inusuales que posteriormente pueden desarrollarse hasta convertirse en soluciones viables.
¿Cómo se realizan las "excursiones de la mente"? La técnica de los orígenes irrelevantes.
La finalidad de esta técnica es buscar nuevas conexiones haciendo que nuestros procesos mentales utilicen otras fuentes aparentemente “no relevantes” para el problema.
1. Exponer el problema
2. Apartar temporalmente el problema de la mente, seleccionando un objeto al azar. Esto permite a los miembros del grupo distanciarse del problema que tienen entre manos. Es como decir: “Vamos a consultarlo con la almohada". El objetivo de buscar materiales irrelevantes es producir sorpresa o conexiones inhabituales.
3. Pensar en significados, ideas, palabras y experiencias relacionadas con el objeto que se ha convertido en el nuevo punto de partida.
4. Realizar un brainstorming con estos nuevos pensamientos, compartiéndolos.
5. Acercar las ideas aparentemente irrelevantes al problema y permitir a la mente inventar una forma de conectarlos.
Esta fórma de conexión es un mecanismo de apertura mental y es, precisamente, el tipo de reto necesario para salir del pensamiento analítico rutinario sobre los problemas.

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